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Virginia Woolf fue hija de una eminencia, Sir Leslie Stephen,
quien fuera editor, novelista, biógrafo, filósofo, historiador, crítico
literario y hasta alpinista; y de Julia Prinsep Jackson quien provenía de una
familia famosa por sus bellezas que dejaron su impronta en la sociedad como
modelos para los artistas prerrafaelistas y los primeros fotógrafos. Julia
Prinsep Stephen posó como modelo de la princesa Sabra, retratada por Edward
Burne-Jones, en 1866.
Tanto el padre como la madre de Virginia habían estado
casados previamente y habían enviudado, como consecuencia de ello, al casarse,
el hogar tenía hijos de los tres matrimonios. Leslie, el padre, tenía una hija
de su primer matrimonio, Laura Makepeace Stephen, quien vivió con la nueva
familia hasta que fue internada en un psiquiátrico luego de ser declarada mentalmente
incapaz. A su vez, Julia, la madre de Virginia, tenía tres hijos de su primer
matrimonio: George, Stella y Gerald, apellidados Duckworth. Juntos, los padres
de la escritora, tuvieron otros cuatro hijos: Vanessa, Thoby, Virginia y
Adrian.
Virginia no fue a la escuela, fue educada por sus padres
en un acogedor ambiente literario de su hogar en Kensington. Recibió también
clases de profesores particulares. La brillantes de su padre Sir Leslie Stephen
y sus buenas relaciones con importantes figuras como William Thackeray, Henry
James, Thomas Hardy, Alfred Tennyson, Julia Margaret Cameron y Edward
Burne-Jones quienes frecuentaban asiduamente la casa de familia, benefició
tanto a Virginia como a sus hermanos por haber sido criados en un entorno lleno
de influencias de la sociedad literaria victoriana. Además, poseían una inmensa
biblioteca en su casa, en la que Virginia y Vanessa conocieron los clásicos de
la literatura inglesa.
Su niñez fue bastante difícil, su primera crisis
depresiva fue cuando repentinamente pierde a su madre. Dos años después sufre
otro duro golpe emocional con la muerte de su medio hermana Stella, quien se
había hecho cargo de la familia tras la muerte de la madre; y durante todos
esos años, además, sufrió junto a Vanessa, abusos por parte de sus
hermanastros. Cuando murió su padre de cáncer, en 1905, antes de que Virginia
cumpliera los 23 años, la joven escritora ya había tenido su primer intento de
suicidio.
Los recuerdos más vívidos de Virginia Wolf sobre su
infancia fueron los de St. Ives en Cornualles, donde la familia pasó las
vacaciones de verano de 1882 y 1894. Talland House, era la casa de veraneo de
la familia, los Stephen, tenían una hermosa vista a la playa y al faro de
Godrevy. La fraternal casa fue un recurrente para Virginia, una casa que
contiene los fantasmas de su infancia y que recordaría con mucho afecto por
siempre y plasmaría en su famosa novela “Al Faro”, publicada en 1927, para la
que Vanessa, su hermana, ilustra la portada.
Después de la muerte de su padre, Virginia, junto a sus
hermanos, Vanessa y Adrian, vendieron su casa de Hyde Park Gate y se compraron
otra en barrio londinense de Bloomsbury. Allí se estableció con su hermana
Vanessa y sus dos hermanos, el lugar se convirtió en centro de reunión de
antiguos compañeros universitarios de su hermano mayor, entre los que figuraban
intelectuales de la talla del escritor E.M. Forster, el economista J.M. Keynes
y los filósofos Bertrand Russell y Ludwig Wittgenstein, y que más tarde sería
conocido como el grupo o círculo de Bloomsbury.
En 1912 contrajo matrimonio con el escritor Leonard
Woolf, economista y miembro también del grupo de Bloomsbury. Cinco años después
crearían la editorial Hogarth, donde se editó la obra de la propia Virginia y
la de otros importantes escritores.
Virginia Woolf sufrió, a lo largo de su vida, padecía una
enfermedad mental hoy conocida como trastorno bipolar. En una de esas profundas
depresiones, Virginia Woolf fue hasta un río cercano a su casa, puso piedras en
sus bolsillos y decidió terminar con su vida ahogándose.